Las 4 maneras en que entramos en contacto con el mundo

Al comunicarnos con los demás, debemos recordar que la percepción es lo que prima. Cómo nos comunicamos con los demás y cómo nos perciben involucra más que solo nuestras palabras. La forma en que nos comportamos a lo largo del día y entre los demás marca la diferencia. Dale Carnegie dijo una vez: “Hay cuatro formas, y solo cuatro, en las que tenemos contacto con el mundo. Somos evaluados y clasificados por estos cuatro contactos: lo que hacemos, cómo nos vemos, lo que decimos y cómo lo decimos”.

Lo que hacemos

Lo que hacemos (por ejemplo) con nuestro tiempo, comunica lo que es importante para nosotros y lo que valoramos. Al menos, debería. Después de todo, el tiempo es dinero. Si bien esto no nos define únicamente, la forma en que invertimos nuestro tiempo refleja quiénes somos como personas y hacia qué estamos trabajando. ¿Qué dicen tus acciones sobre ti? ¿Se alinean con los objetivos de tu vida y con la forma en que quieres que los demás te vean? Si no, ahora puede ser un buen momento para reevaluar. 

Cómo nos vemos

Las primeras impresiones importan. En nuestras interacciones en el trabajo, ya sea en persona o virtualmente, es importante tomarse el tiempo para tener una conexión. Aunque nos gustaría esperar que no se nos juzgue por nuestra apariencia, el aseo personal es importante en la mayoría de las interacciones humanas. Tu apariencia no se trata de ser guapo o vestirte con estilo, sino de comunicar que te respetas a ti mismo y a la otra persona tomándote el tiempo para arreglarte. Si no te tomas en serio a ti mismo, los demás tampoco lo harán.

Lo que decimos

El nivel más básico de comunicación son nuestras palabras reales. Ya sea una reunión de negocios, una conversación con un ser querido o una interacción casual con un extraño, nuestras palabras nos permiten conocernos y construir relaciones. No tengas miedo de expresarte: ¡la conexión es de lo que se trata la vida!

Cómo lo decimos

Lo que decimos importa, pero cómo lo decimos importa más. Cuando las palabras están cargadas de emoción, el mensaje puede estar drásticamente equivocado, ya sea positiva o negativamente. La gente no siempre recordará lo que dijiste, pero recordarán cómo los hiciste sentir. Si estás en una conversación acalorada, tómate un tiempo para controlar tus emociones antes de que te cuelguen de la lengua. Siempre es mejor tomarse el tiempo para responder que soltar palabras que no se pueden retractar. Por otro lado, si estás rebosante de alegría, no te contengas de esa emoción positiva. Las emociones y la energía son contagiosas, y siempre debemos querer contagiar alegría. Si tus sentimientos son positivos durante una conversación, no temas mostrarte vulnerable y hacérselo saber a la otra persona. ¡Puedes alegrarle el día a esa persona!

La comunicación podría considerarse una de las necesidades básicas del ser humano. Trabaja en mejorar tu forma de conectar con otras personas y verás los cambios que podrás lograr en la percepción que otros tienen de vos.

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