¿Cómo manejar una sesión de preguntas y respuestas?

Cuando hacemos una presentación, uno de los momentos más desafiantes e incluso, que querríamos evitar, es el que se refiere a las preguntas y respuestas. Casi siempre, los oradores temen las preguntas del auditorio. Incluso si practicamos nuestra presentación muchas veces, nada puede prepararnos para la imprevisibilidad de una sesión de preguntas y respuestas. No hay necesidad de sufrir y de que encima, se note que nos transpiran las manos. Aquí hay tres tips que nos ayudarán no sólo a sortear exitosamente la sesión de preguntas y respuestas sino, lo que es más importante, a sentirnos cómodos.

1. Asuma el control inmediatamente

Como presentadores, podemos (y debemos) establecer los parámetros de las preguntas y respuestas, así que asegurémonos de hacerlo. Establezcamos desde el inicio en qué momento el auditorio podrá preguntar. Por ejemplo, si se podrá hacer preguntas desde el inicio de la presentación o esperar al final. En cualquier caso, considerar el tiempo es fundamental. Por lo general siempre se informa la duración de la presentación. Téngalo en cuenta por respeto a los miembros de su audiencia. De esta manera, usted tiene el control de cuándo lo inicia, cuándo lo concluye y también lo relajará para comenzar.

2. Mantenga el orden.

Las preguntas y respuestas pueden convertirse en algo desorganizado si no establecemos un orden y mantenemos el control. Una sugerencia es informar cuál es la "etiqueta" para hacer una pregunta, para ello utilizamos la comunicación verbal y no verbal. Levante su propia mano y pregunte a la audiencia, ¿Quién tiene la primera pregunta? – de esta manera le has dicho a la audiencia cómo deben hacer una pregunta, levantando su propia mano. Si lo lideras, ellos te seguirán.

3. La pregunta que simplemente no puede responder.

Es muy importante que tenga límites cuando se trate de responder una pregunta cuya respuesta desconoce. Podría llevarlo a un punto sin retorno y a perder credibilidad. En vez de eso, haga una pausa y vuélvala al interrogador: "¿Cómo respondería a esto?" o “¿Qué método usarías para eso?”. Puede que lo sorprenda, pero el interrogador probablemente conocerá esa respuesta y se deleitará en responder y sonar inteligente en la sala. Si no, simplemente admita que no sabe la respuesta e incluso, comprométase a averiguarlo y responderle a esta persona en breve.

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